Lopetegui recupera a Suso y Alex Telles será titular (con Acuña sancionado) para intentar ganar a otro recién ascendido y calmar la crispación que se palpa en el entorno del Sevilla. Perder o empatar la alimentaría y llenaría de dudas y fantasmas el cuarto proyecto de Julen, que ha empezado con muy mal pie
Decía esta semana el presidente del Sevilla FC, Pepe Castro, que no entendía la crispación que se vive en el entorno sevillista, que esa crispación “ni tiene sentido ni lleva a nada bueno”. Hay, incluso, quien piensa que Lopetegui no tendría que haber continuado un ‘proyecto muerto’ y que el pésimo arranque en las dos primeras jornadas, un punto de seis, invita a destituir al entrenador. “¿Echar a Lopetegui en la segunda jornada? Qué barbaridad”, decía el presidente.
Aunque estuvo contundente Castro en el respaldo a su técnico, y efectivamente sería una barbaridad destituirle en una temporada que acaba de empezar, la crispación existe y no ganar al Almería no haría más que alimentarla y llenar de dudas un vestuario del que no se ha marchado el gafe con las lesiones. Cayó gravemente lesionado Tecatito, Marcao no se estrenará hasta el mes de octubre y Suso, un futbolista clave en el estilo de fútbol del Sevilla de Lopetegui que sí podrá jugar hoy, se ha perdido las dos primeras jornadas de Liga.
No ganar, sumar un punto de nueve, y mirar al frente con el saco de la autoestima tan vacío es para echarse a temblar, porque el calendario que espera al Sevilla asusta. Recibe al Barça el 3 de septiembre y tres días después debuta en su grupo de la UEFA Champions League ante el Manchester City en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Visita a Español, Copenhague y Villarreal antes del parón de selecciones a mediados de septiembre.
A la espera del delantero centro que Lopetegui ha pedido a Monchi, podría ser el ‘9’ de la selección de Ucrania, Roman Yaremchuk, el técnico tiene que centrarse en sacar rendimiento al plantel que tiene y tratar de hacerlo mejor de lo que ahora parece. E intentar, también, dejar los nervios y el desquiciamiento en la caseta para gobernar con atino a su equipo, porque toda la angustia que transmite desde el banquillo se inyecta -con una invisible correa de transmisión- en los jugadores que pisan el césped.
Se le contagió esa locura colectiva a Acuña cuando ya había sido sustituido en el partido ante el Valladolid y acabó participando en una tangana que le ha costado, con fortuna, un único partido de sanción (pudo sufrir un castigo bastante más severo).
Yassine Bono es un fijo en la portería y, sin Acuña, es la hora de uno de los refuerzos: Alex Telles. Él debe ser titular en una defensa de cuatro en la que Jesús Navas estará en su banda diestra (está alternando con Montiel, titular ante el Valladolid) y el eje central lo ocuparán Rekik en el perfil zurdo y Tanguy Nianzou en el diestro.
Otro fijo para Julen es Fernando en el centro del campo, que podría estará flanqueado por Óliver Torres (ha pasado de transferible a principios del verano a titular) y Delaney o Rakitic. Mientras que arriba Papu Gómez caería a la izquierda (no parece que el físico de Isco le dé ya para ser titular), Lamela en la derecha y Rafa Mir como delantero centro (está apostando por él, marcó en Pamplona, y no por En-Nesyri).
El Almería de Rubi, al que le ha ganado Lopetegui las tres veces que se ha enfrenados –-dos derbis y en un Madrid-Espanyol-, está como el Sevilla, necesitado. Ha sumado igualmente un punto de seis, pero perdió frente al Madrid en casa dejando muy buenas sensaciones y empató en Elche a uno con gol de Sadiq, una de sus grandes amenazas.
Poco importa el rival. El Sevilla depende de sí mismo para matar fantasmas, dudas y crispaciones varias. Sólo le vale ganar sacando su condición de aspirante a una las cuatro plazas de Champions. Empatar o perder equivale a invitar al drama a pasearse por Nervión.