Bono, el sereno primer Zamora en la historia del Sevilla FC

Joaquín Adorna 245
El delantero del Athletic Raúl García (c) remata a portería ante el portero del Sevilla Bono (d) y del defensa Diego Carlos (i). EFE/Javier Zorrilla

Con el partido ante el Betis, el coeficiente de Thibaut Courtois en la lucha por el Zamora es de 0,80, superior al 0,77 de Yassine Bono, que se convertirá ante el Athletic de Bilbao en el primer Zamora en la historia del Sevilla FC. Un portero sereno, tranquilo, que inyecta a su defensa la calma que le caracteriza

Al hablar de Bono, siempre me viene a la mente la misma pregunta: ¿Habría aguantado la presión del Sánchez-Pizjuán tras su error ante el Cluj, en el que el Sevilla FC logró el pase con pañolada gracias al videoarbitraje, o lo habría devorado una grada tan exigente? Poco después de esa pifia, con las lanzas apuntando a Monchi por contar con Vaclik y su maltrecha rodilla, y por traer cedido del Girona a Bono para suplir la marcha de Sergio Rico -cedido al PSG-, llegó la pandemia.

Seguramente, con la personalidad que ha demostrado desde entonces, su éxito habría estado igualmente asegurado, pero las gradas vacías ayudaron a que la pequeña figura de Bono fuera agrandándose para los ojos de unos aficionados cuyas voces críticas chocaban con las pantallas de televisión, sin opciones de dañar la autoestima de un portero cuya fortaleza mental para superar el altísimo nivel de exigencia del Sevilla aún era una incógnita.

 

Las lesiones de Vaclik le dieron la oportunidad de consagrarse en la titularidad y convertirse en el gigante que hoy es. Sus difíciles comienzos en Marruecos (Wydad Casablanca, 2011), su llegada al Atlético de Madrid (primero en filial, 12/14), el paso por el Zaragoza (14/16) y el Girona de Pablo Machín (16/19) alimentaron las raíces del portero que ha brotado con su mejor versión en el Sevilla de Lopetegui.

Él es consciente de la palabra que mejor le define, la tranquilidad. Así lo siente y es exactamente lo que transmite. Un portero tranquilo. Donde algunos pueden interpretar debilidad al confundir su calma con falta de carácter, a Yassine Bono la paciencia -quizás heredada de un padre profesor de Física- le ha servido para ir forjando la figura de un portero seguro de sí mismo, sereno y capaz de inyectar calma a sus compañeros en defensa.

Yassine Bono, con nacionalidad marroquí, aunque nacido en Montreal (Canadá) un 5 de abril de 1991 -acaba de cumplir 31 años-, tuvo la paciencia para esperar y encontrar su momento en el Sevilla F.C., para convertirse en el héroe de la conquista de la sexta Europa League y para lograr consagrarse como el sucesor de Palop en un club en el que ha cumplido ante el Levante 100 partidos oficiales.

La fuerza del destino

Si la fuerza del destino llevó al Sevilla a ganar la Europa League de Glasgow en el 2007, con el gol del Palop de cabeza al Shakhtar Donetsk como impulso definitivo; esos mismos hilos incontrolables del fútbol -llegó a emular a ‘San Andrés’ marcando un gol en el descuento en Valladolid- han llevado a Bono de estar en el punto de mira de la afición tras el ridículo tanto encajado y anulado por el VAR ante el Cluj, a tocar la gloria y a convertirse en el primer Trofeo Zamora de la historia del Sevilla.

Ya es, también, el portero que ha logrado estar más minutos sin encajar un gol defendiendo la portería del Sevilla (528 minutos). Logro histórico con el que superó al ya citado Palop (511 minutos mantuvo la portería a cero en la temporada 08/09) y al portugués Beto (516 minutos imbatido en la campaña 14/15), otro meta de gran recuerdo en la historia del conjunto de Nervión por su papel decisivo en la Europa League ganada al Benfica en la tanda de penaltis en Turín.

Bono es un portero de los modernos, de los que quieren la inmensa mayoría de entrenadores que apuestan por sacar el balón desde el área propia. Un portero profesional, meticuloso, inquieto en la búsqueda permanente del crecimiento. Un meta capaz de manejarse muy bien con los pies, tanto como para anotar el milagroso gol en Valladolid que afianzó al Sevilla en plaza Champions, o como para sumar tres pases largos convertidos en asistencias de gol para En-Nesyri, Ocampos y Munir.

Tras ejecutar Monchi la opción de compra de 4 millones de euros y quedárselo en propiedad en el verano del 2020, Bono ha ido sumando méritos hasta completar un total de 104 partidos oficiales en el Sevilla. En 51 ha dejado su portería a cero, y ha logrado 61 victorias, 25 empates y sólo 18 derrotas. Su reciente renovación hasta el 2025 implica subida de cláusula de rescisión y un golpe más de reconocimiento para un Zamora que ofrece la tranquilidad que le caracteriza.

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