Getafe 0-1 Sevilla FC: Sergio Ramos, el Cirineo sevillista

Bartolomé Franco Rodríguez 60
Sergio Ramos celebrando su gol en la victoria del Sevilla FC ante el Getafe Foto: Sevilla FC

El camero celebró el día de su cumpleaños por todo alto con un gol que le dio la victoria que tanto anhelaban los de Nervión. Tres puntos que sirven de respiro como la ayuda de Simón de Cirene a Jesús a la hora de cargar la cruz.

El Sevilla FC volvía a echar a andar en esta penitencia que está siendo la temporada 2023-24. Tras una semana de parón por las selecciones, los de Quique Flores tenían la misión de volver a la senda del triunfo tras dos jornadas sin ganar. Más si cabe tras la victoria del Cádiz ante el Granada que reducía la distancia respecto al descenso a sólo tres puntos. Por su parte, el Getafe aún seguía soñando con el tren de Europa, ese que el Sevilla FC perdió hace tiempo y veremos cuanto tarda en recuperar. 

Balón parado, divino tesoro

Los de Bordalás renunciaron al balón, una situación que podía incomodar a los hispalenses pero que supieron aprovechar a través del juego directo. De un balón largo llegó el primer córner del partido y los sevillistas mostraron su poderío en las alturas. La defensa del Getafe no acertó a la hora de despejar y el balón terminó llegando al segundo palo. Allí estaba Sergio Ramos que remató con la ayuda de Alderete, que hizo de buen samaritano y fue quien se terminó introduciendo el balón en su propia portería

El plan inicial del técnico azulón se veía trastocado y el Getafe se veía obligado a llevar el control del juego. Las combinaciones no brillaban por su fluidez hasta que llegaban a Greenwood, capaz de convertir el agua en vino. Aunque el peligro local llegó gracias a un Sevilla FC que no parecía haber aprendido de sus pecados. Los de Quique Flores se echaron demasiado atrás y ahí salieron a relucir los errores individuales.

Badé, que llegaba tras una lesión, firmó posiblemente sus peores minutos como jugador sevillista. Primero se complicó la vida él sólo con un mal despeje y desde segunda línea llegó Yellu, cuyo disparo atajó Nyland. Minutos después, se volvió a confiar con una cesión a Nyland que se quedó corta, permitiendo llegar a Maksimovic a tener un mano a mano con el noruego. El guardameta estuvo atento y supo achicar para evitar el gol. Para rematar esta cadena de errores a punto estuvo de cometer penalti sobre Moriba al intentar cortar un balón suelto en el área. 

A pesar del sufrimiento, el Sevilla FC acabó mejor la primera mitad y rozó el segundo hasta en dos ocasiones. Los de Nervión calcaron la jugada del primer gol mandando un córner al segundo palo para Sergio Ramos. El camero sacó un gran remate de cabeza pero mejor fue la intervención de Soria, aunque dejó el rechace en bandeja para Isaac que estrelló el balón en el palo. Ya al borde de llegar al 45, el central volvió a sacar su arsenal de cabezazos. Esta vez el balón sí superó al exportero sevillista pero el tanto quedó invalidado por fuera de juego. 

Compromiso y solidez

Como ya ocurriera en gran parte de los primeros 45 minutos, los de Nervión antepusieron mantener la renta a intentar aumentarla. Una estrategia que hace un mes era apostar por lo seguro pero tras los últimos precedentes podía hacer pensar que iba a tropezar una vez más con la misma piedra. Aunque el Getafe no mostró la calidad arriba que sí tuvieron Almería y Celta de Vigo.

Quique Flores movió ficha para reforzar el centro del campo y dar entrada a uno de los regresos más esperados en el sevillismo. Agoumé volvió tras su lesión y entró por Badé, haciendo que Gudelj retrasase su posición a la línea de centrales. El centrocampista notó por momentos la falta de ritmo pero evidenció que si lo coge rápido será importante en las ochos jornadas que quedan.

En esta segunda parte, Sergio Ramos dejó de lado su versión más ofensiva para poner su experiencia al servicio del equipo. Una actuación individual que le vuelve a señalar como el Cirineo de Nervión y como ya hiciera Simón con Jesús, el camero se echó parte de la cruz sevillista a las espaldas. Ya en su regreso a la capital andaluza demostró que le importaba poco lo que pudieran decir de él y que sus actos se guían por lo que piensa que es correcto. Por ello, a sus 38 años recién cumplidos el camero se convirtió en el kaiser de la zaga, que sólo perdió un duelo en todo el partido.

El cansancio empezó a hacer mella en el Sevilla FC, sobre todo en la banda derecha. Bordalás movió a Greenwood a ese lado, que sumado a la entrada de Diego Rico empezó complicarle las cosas a Ocampos. El argentino tuvo varios fallos en la marca por el exceso de ímpetu hasta que el técnico madrileño decidió meter a Juanlu en el campo. También introdujo a Sow por Óliver Torres para aportar más físico en ese sector.

Los últimos minutos estuvieron marcados más por la tensión que por el juego. Acuña se enfrentó a varios jugadores del Getafe que recriminaban a Isaac por tardar de más en abandonar el campo.  El argentino vio amarilla y se perderá el próximo partido por acumulación. 

El Sevilla FC ya renunció a cualquier acción ofensiva a pesar de la entrada de Lukébakio y los azulones generaron más peligro que en todo el partido. Primero, Jaime Mata vio como le anularon un gol por fuera de juego y posteriormente Nyland detuvo un tiro lejano de Milla. Los de Nervión recuperaron su mejor versión en defensa, permitiéndose ir a un nuevo parón con seis puntos respecto al descenso y viendo la situación con un poco más de luz entre tanta oscuridad.

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