Quique Sánchez Flores visitó en la madrugada del miércoles el estudio de El Partidazo de COPE para hablar por primera vez desde su salida del Sevilla FC. El exentrenador blanquirrojo aterrizó en la capital andaluza para acudir al rescate de un equipo enmarcado en una situación muy delicada, con un único objetivo que acabaría cumpliendo cinco meses después: la permanencia en la élite del fútbol español. Sin embargo, el técnico madrileño no continuará al frente del banquillo hispalense la próxima campaña.
Ya lo reconoció en rueda de prensa y lo ha vuelto a hacer con Juanma Castaño. Salir del Sevilla le ha dejado una sensación de alivio, sobre todo después de haber hecho los deberes: “Me he ido ligero, con el deber cumplido y con la sensación de que me he quitado mucho peso. En el momento en el que firmo, siento una responsabilidad enorme porque sé la historia del Sevilla, siento las almas que hay detrás, mucha gente que me ve por la calle me abraza y llora y, aunque solo sean seis, parece que se te cae un mundo encima. Es una responsabilidad muy grande”.
De nuevo, Quique Sánchez Flores ha aclarado cuándo decidió que era el momento de salir, una determinación en la que no habría vuelta atrás : “La decisión está tomada interiormente y comunicada solo a dos personas después del partido del Granada, cuando ganamos y aún quedaban cuatro partidos. Estábamos a 15 puntos y habíamos cumplido el objetivo, pero el escenario no indicaba que seis jornadas antes fuéramos a estar tan salvados. Además, me dieron unos números y me indicaron que iba a ser difícil ganar el 50% de los partidos que íbamos a jugar. Me dijeron que de 82 partidos habían ganado 21 y de 20, tenía que ganar 10 sin conocer nada, ni a los jugadores, ni si el grupo tenía conexión…”.
Su relación con los capitanes
En la entrevista, Quique Flores ha hablado sobre su vínculo con algunos jugadores de la plantilla, como Sergio Ramos y Jesús Navas, y sobre cómo fue la salida de Ivan Rakitic. Sobre el camero, el exdirigente sevillista ha alabado su capacidad de liderar un grupo desde el diálogo y ha reconocido que le ayudó a entender la exigencia del club: “Hay jugadores que sin tenerlos ya sientes la piel. Yo no he intercambiado camisetas con él en estos 15 años, no hemos intercambiado prácticamente saludos, pero una conexión que la vives. Cuando hablas con él, te das cuenta del talentazo que tiene como jugador y cómo vive la profesión, desde la preocupación, el entendimiento propio y ajeno de los propios compañeros. Es un buen mecanismo de diálogo para interactuar con compañeros. Es una suerte haberlo tenido, es importantísimo para el Sevilla. Me ayudó a entender dónde había aterrizado”.
Sin embargo, el entrenador tiene ciertas dudas acerca de la continuidad del capitán sevillista: “No lo tengo claro, él quiere mucho al Sevilla. Hay una parte de su cuerpo, que le pide seguir, pero creo que no quiere ser parte de un escenario catastrófico. O intuye que se van a hacer las cosas muy bien o si no…Creo que tiene que intuir que las cosas van a ir bien”.
Asimismo, Quique fue cuestionado por esas horas de locura, en las que Jesús Navas anunció que abandonaba el equipo hispalense y terminó aceptando la oferta de renovación de José María Del Nido Carrasco: “El club pasa por unos momentos difíciles. Junior y Orta hacen lo que pueden, todos dan lo mejor de sí, pero hay una falta de sincronía que hace que las cosas no salgan en el momento adecuado. Cuando todo se produce el mismo día y a tiempos distintos, es porque estamos en diferentes frecuencias y si dentro de un club las partes están en diferentes frecuencias, es difícil que las cosas salgan bien”. “Navas es fantástico, lidera desde el rendimiento. Cuando ves a un tío de 38 años queriendo dar el máximo, al final es una forma de liderar y de comunicarse”, añadió.
Con respecto a la salida de Ivan Rakitic, Quique Flores destacó que todo fue “muy honesto” y agradeció que le ofreciera su opinión sobre la temporada: “Fui muy directo con él tras dos entrenamientos. Él me dio su punto de vista. Jugamos un partido importantísimo ante el Atlético de Madrid en Copa del Rey y, al día siguiente, entró en mi despacho y me dijo que veía que no contaba con él. Yo le dije que sí que lo hacía, pero que no encontraba un jugador en un estado de forma extraordinario y que contaba con él dependiendo, a veces saldría desde el inicio, otras al final... Le pedí que me ayudara como capitán, porque necesitábamos la tutoría de la gente más sabia. Al día siguiente, me dijo que los jugadores tenían que reconocer cuando no están para determinadas cosas y creía que debía irse. Respeto absoluto, es su decisión, pensó que nos podía ayudar desde otro lugar y la gente tiene que saberlo, no vale luego hablar sobre posibles supuestos”.
El futuro del Sevilla FC
Cómo se va a organizar y a desarrollar la próxima campaña es uno de los asuntos que más preocupan al sevillismo. El entrenador fue preguntado por ese ‘escenario catastrófico’ del que habló en la respuesta sobre la continuidad de Ramos y sobre si cree que el Sevilla tiene posibilidades de descender el próximo curso: “Yo espero que no. Los clubes cuando tienen una cornada como la de este año, está sobre aviso. Yo creo que el destino al que quieren llegar los dirigentes es otro muy distinto al que hemos vivido este año y quieren preparar otro ideario que no tuviera nada que ver con este. Yo creo que están preparados, pero también están sujetos a unas condiciones que al final los va a llevar a tomar decisiones difíciles”.
Ante este reto, Quique Flores ha valorado su dedicación y esfuerzo en conseguir el objetivo propuesto: “He aprendido que, en estos procesos tan cortos, en los que tendemos a preocuparnos muchísimo porque el riesgo es gigante, me doy cuenta de que yo no he disfrutado el camino para nada. No he ido a tomarme una cerveza con compañeros en Sevilla, no he visto la ciudad, no he visto la Feria de Abril. Me he preocupado muchísimo durante cinco meses por una cosa de la que estaba convencido de que no iba a pasar -el descenso-”.
Por último, el entrenador ya reconoció en rueda de prensa que uno de los motivos de su marcha es el desgaste que produce convencer a los jugadores para cumplir con los objetivos y ha destacado que cada futbolista es un mundo diferente: “La seducción va por varios. Al final, no consigues la conquista del grupo al mismo tiempo. No todos tienen el mismo tipo de convencimiento, ni la misma capacidad de atención ni de sufrimiento. Cada jugador tiene su botón y tu tienes que manejar las fuerzas”.