Las partes implicadas se muestran firmes en sus posiciones y aparece la figura del superagente Jorge Mendes para mediar entre el Chelsea y el Sevilla, e intentar cerrar el fichaje del central francés. El Barça aguarda su momento mientras busca liquidez, al tiempo que se asegura en Barcelona que “el Sevilla amenaza con exigir la cláusula a partir del 5 de julio”
Los días pasan, la venta de Jules Koundé no se produce y se va tensando la cuerda. Las partes implicadas se hacen fuerte en sus posiciones de partida a la espera de un primer movimiento que no llega. Al margen de la impaciente espera, vive el jugador. Ya se operó de un problema de pubis y ahora, de vacaciones, trata de desconectar de su futuro centrándose en la presentación de su marca de ropa en una tienda de París.
Le acompaña en la promoción de esa iniciativa empresarial su agente, Jonathan Kebe, cuya agencia ESN -Excellence Sport Nation- también representa al portero del AC Milan, Mike Maignan (26 años), que también aparece fotografiado con Koundé.
El agente del central internacional francés ya dijo en su día que “Koundé está muy tranquilo” y que ellos están “muy agradecidos a Monchi y a la apuesta que el Sevilla hizo por Jules. Nosotros no olvidamos y, aunque hubo en su día muchos equipos interesados por Koundé, fue el Sevilla el que lo tuvo más claro”.
Después de su primer año, Koundé empezó a recibir ofertas de clubes poderosos de Europa y Jonathan Kebe mostró públicamente cómo iba a actuar con su representado: “No nos iremos nunca si el Sevilla así no lo quiere. El futuro de un futbolista no depende del propio jugador, también del club que quiere comprar y, por supuesto, el club del que es propiedad. Son tres partes. La apuesta que hizo el Sevilla por Koundé no la olvidamos. Agracedemos el cariño de la gente, de Fernando Navarro, que está siempre pendiente de él. También de Monchi, el primero que confió en Koundé. Pero es verdad que todos los jugadores le ayudaron, se ha adaptado muy pronto y todo ha ido muy rápido”.
Un verano después, Koundé vuelve estar en la parrilla de salida, la operación parece atascada y ha aparecido en escena el superagente portugués Jorge Mendes, que ha estado reunido con el nuevo dueño del Chelsea, Todd Boehly, y han hablado de Koundé. Mendes no es su agente, pero en el mundo de la representación de futbolistas estas situaciones se dan. Puede aparecer un tercero, obtener poderes y mediar en un fichaje, llevándose su correspondiente comisión, obviamente.
Jorge Mendes ya ha ayudado al Sevilla a cerrar otras operaciones, como ocurrió en el verano de 2019 con el traspaso por 40 millones de euros de Wissam Ben Yedder (ahora 31 años) al Mónaco. Tuvo el Sevilla FC que fichar, a cambio, al extremo del Mónaco, Rony Lopes, una pésima inversión. Un lastre como jugador al que aún le restan dos años de contrato (hasta el 2024).
Con el Chelsea, que tiene un acuerdo verbal con el jugador, en plena restructuración interna tras la llegada del nuevo propietario, el Sevilla también aguarda paciente mientras se mantiene firme y no va a bajar sus pretensiones por un futbolista de sólo 23 años que va a jugar, con seguridad, el Mundial con Francia.
En el Barça, por su parte, Joan Laporta sigue tratando de activar palancas para buscar la liquidez que exige el Sevilla y poder complacer a su entrenador Xavi Hernández, que tiene claro que Koundé va a ser en el club que logre ficharle un central que, por su calidad y características, va a marcar una época.
En la tensa espera se filtran otras dos informaciones. En Inglaterra, The Mirror informa de que el Sevilla ha puesto el 5 de julio como fecha tope para que el Chelsea inicie las las negociaciones. Ese día, el 5 de julio, el Sevilla comienza los reconocimientos y Koundé debe estar en la capital andaluza para pasarlos e iniciar los entrenamientos con el resto de sus compañeros.
En Barcelona, por otra parte, publica el diario Sport que el Sevilla presiona al Barça y al Chelsea amenazándoles con exigir la cláusula de rescisión a partir de ese mismo día, el 5 de julio. Ahora pide 65 ‘kilos’ y a partir de esa fecha demandará los 90 millones de euros que marcan su carta de libertad.