Sevilla FC y Atlético de Madrid se veían las caras por tercera vez de manera oficial esta temporada y por primera vez en Nervión. La victoria frente al Rayo Vallecano supuso un alivio tras casi dos meses sin hacerlo. Un triunfo que lideraron En-Nesyri e Isaac Romero, que ahora mismo son el gran motivo de esperanza dentro de la solitaria montaña que es la temporada sevillista.
El espíritu de Isaac
El partido empezó con los dos equipos tanteando el terreno. Ninguno se atrevía a hacer una incursión que pudiera costarle un susto. Algún tiro lejano y poco más. Entre esos disparos desde lejos apareció Acuña con la potencia que le caracteriza para sacar un zurriagazo que obligó a Oblak a hacer una estirada milagrosa. De esa jugada nacería el córner que acabó en el gol de Isaac Romero.
El delantero lebrijano volvió a demostrar que ante un problema siempre surge una oportunidad, como viene haciendo desde que llegase al primer equipo en enero. Ocampos prolongó en el primer palo el córner para que Isaac entrase con todo rematando el balón con la misma rabia que lleva acumulando el sevillista todo el curso. Un gol que rompería la igualdad y obligaría a los de Simeone a correr más riesgos.
El canterano tuvo ocasiones para que la realidad superase a la ficción, pero a Nervión la puntería y la suerte parecen no querer regalarle una tarde plácida de fútbol. Isaac tuvo de nuevo un remate de cabeza en el segundo palo pero esta vez no supo ajustarlo lo suficiente y se encontró con Oblak. Escasos minutos después tuvo una nueva oportunidad para resarcirse pero esta vez fue el larguero quien repelió su intento de marcar.
El Atlético de Madrid no se encontró cómodo en ningún momento. Además, los de Simeone empezaron a dejar demasiados espacios atrás que tampoco le supusieron un plus en ataque. Aún así la montaña tiene la mala costumbre de guardar sustos en cualquier momento y de la nada Nyland vio como Morata le encaraba mano a mano. El noruego no se puso nervioso y se hizo enorme delante del español para sacar la más clara de los colchoneros.
El punto amargo de la primera mitad lo puso la lesión del propio Morata que tras un choque con Soumaré se tuvo que retirar con mucho dolor en su rodilla. Un duro varapalo para el Atlético de Madrid y Luis de la Fuente, presente en el palco del Ramón Sánchez-Pizjuán, si se cumplen los peores presagios posibles.
El triunfo de la entrega
El segundo acto del partido comenzó con un doble cambio por parte de Simeone que apunto estuvo de salirle bien a las primeras de cambio. Nahuel Molina, recién entrado en el campo, alcanzó la línea de fondo para poner un balón atrás a Griezmann que superó a Nyland pero Navas apareció de forma milagrosa para sacar el tiro sobre la línea. A raíz de esta ocasión, el Atlético de Madrid empezó a despertar y embotellar a los sevillistas.
A los de Sánchez Flores les costaba salir de su campo pero cuando lo hacían siempre acababan creando peligro en el área de Oblak. Ocampos abandonó la banda momentáneamente para tirar un desmarque a la espalda de la defensa visitante para acabar batiendo al portero esloveno. Pero la alegría fue la misma que al ver cómo el avión pasa de largo mientras los desaparecidos piden auxilio y el linier no tardó ni un segundo en levantar el banderín, señalando fuera de juego.
La verdadera polémica surgió tras una carga de Molina por detrás a Isaac que derribó al delantero sevillista dentro del área. Un movimiento que se repite jornada tras jornada por parte de los defensas pero que de momento los colegiados no parecen estar dispuestos a pitarlos como si hacen con otros minicontactos.
El Sevilla FC se propuso contemporizar el tramo final de partido ante un Atlético de Madrid que empezó a notar el desgaste de la Copa del Rey. Los colchoneros se dedicaron a colgar balones al área pero la entrega de todo el equipo demostró que no hay mejor manera de superar a la adversidad que estando unidos.
De esta forma certificó el triunfo ante un Ramón Sánchez-Pizjuán que no veía a su equipo ganar desde septiembre. Los sevillistas cogen aire respecto al descenso y aunque ya la temporada no va a ser igual de exitosa que la cinta de Bayona si consiguen mantener esta línea no debería pasar apuros.