El técnico de Casilda, Jorge Sampaoli, sorprendió con un once atrevido y ultraofensivo, prácticamente la antítesis al planteamiento de hace una semana.
Asedio y contundencia
Con Bryan Gil como carrilero zurdo y el regreso de Jesús Navas dos semanas después de su lesión, los rojiblancos asediaron a un muy encerrado RCD Mallorca. Tal y como predijo el entrenador argentino en la rueda de prensa previa, el Sevilla FC necesitaba ser preciso y contundente en campo contrario para romper el muro bermellón. En este caso, la precisión la puso Pape Gueye, con un espléndido balón en largo medido al espacio, y la contundencia Youssef En-Nesyri, recibiendo el balón del sengalés y batiendo a Rajkovic. No obstante, pese al asedio continuo de la primera mitad sobre la defensa del equipo de Aguirre, los pupilos de Jorge Sampaoli continuaron encerrando y sometiendo al RCD Mallorca. Tras las ocasiones claras de Suso, En-Nesyri y Gueye de cabeza, el segundo tanto sevillista fue obra de Bryan Gil, en el día de su cumpleaños y en su regreso al Sánchez-Pizjuán, a pase de Jesús Navas. Con un contundente 2-0 en la primera mitad en cuanto a goles y sensaciones, los hispalenses encauzaron el choque en el primer ecuador.
Sosiego y dominio
Con un dos a cero en el marcador, Jorge Sampaoli bajó un par de marchas para tranquilizar y dominar el encuentro. El segundo ecuador del partido fue un fiel reflejo de lo ocurrido hace dos semanas ante el Elche CF, una primera parte intensa en la cual los rojiblancos sometieron y anotaron y una segunda parte donde el Sevilla FC buscó tranquilizar el partido a través del balón. El único susto del cuadro bermellón lo dio Loíc Badé. El francés tuvo una disputa con Muriqi siendo el último defensor que pudo acabar falta, y por tanto expulsión. No obstante, Iglesias Villanueva no vio falta sobre el kosovar y el jugador cedido por el Rennes quedó impune. A falta de media hora, Jorge Sampaoli empezó a mover el árbol pensando en la eliminatoria europea ante el PSV reservando a Jesús Navas, Suso y Youssef En-Nesyri.
El partido se sentenció con un 2-0 para los pupilos de Jorge Sampaoli. Un choque donde apenas hubo errores de los rojiblancos y fueron capaces de someter de forma total a un RCD Mallorca que venía de vencer al Real Madrid en su feudo. Ahora, la próxima cita que aguarda a los de Nervión será el reencuentro con su competición fetiche.