Con la incomprensible ausencia del centrocampista senegalés Pape Gueye en la lista para la Europa League, vuelve el ‘Hexacampeón’ de la Europa League a su competición sin su once de gala.
Está subido el Sevilla FC y gran parte de su afición en un tobogán de sensaciones. El ridículo en el Camp Nou disparó el pesimismo y el miedo; el cómodo triunfo ante el Mallorca con un caudal de fútbol ofensivo que hacía tiempo que no circulaba por Nervión ha devuelto la confianza, la esperanza y la ilusión. La gente ha vuelto a creer. Y no tanto pensando en LaLiga, en la que salvarse con dignidad debe ser el objetivo, como para una competición relativamente corta, la Europa League, que ha dado mucha gloria y mucha plata al ‘Rey’ de la misma: el ‘Hexacampeón’.
Todo son buenos sentimientos. De Eindhoven, donde logró la ‘Primera’, llega el PSV (‘Pa Sevilla Va’, dijo Del Nido, y vino), para protagonizar un duelo inédito, extraño pese a la larguísima trayectoria del Sevilla en Europa. Los inolvidables recuerdos se unen a la mejoría demostrada en el juego por el equipo, y alimentan la esperanza de una afición que no renuncia a la libertad de soñar con que el Sevilla pueda hacer algo grande en ‘su’ competición. Las vitrinas lucen imponentes en el interior del Ramón Sánchez-Pizjuán llenas con los seis trofeos de la Europa League. El club sabe cómo se ganan títulos europeos y el aficionado se hace sus lógicos cálculos mentales: 7 partidos y una final.
Hablar de Europa League y aspirar a ganarla no es decir ninguna locura. Fernando Reges, por ejemplo, ya ha comentado en la previa de la cita de este jueves que cree que el equipo está ganando una identidad y que aspira a levantar otro título con el Sevilla. El director deportivo, Monchi, también ha manifestado que el Sevilla ha crecido en los últimos años desde la ambición y está obligado a luchar por ganar la ‘Séptima’. El entorno empuja por la inevitable fuerza de la costumbre, pero la realidad de este Sevilla choca con todas esas inyecciones de fe.
El primero que ha echado agua al vino antes de que esta noche, a las 21:00 horas, empiece la cena ha sido el entrenador, Jorge Sampaoli. En una rueda de prensa previa cargada de realismo ha dejado MUY CLARO, en mayúsculas, que el Sevilla navega en la inestabilidad en la competición más importante, LaLiga, y no va a jugar hoy con su once de gala porque piensa en otro partido también “definitorio”, el del domingo en Vallecas. No han sido esas sus palabras textuales, pero a buen entendedor… con pocas basta.
No está el Sevilla para lucir músculo de plantilla porque no lo tiene. Para empezar, no cuenta con Pape Gueye, una baja incomprensible en la lista de la Europa League después de haber visto sus dos primeras actuaciones ante el Barcelona y el Mallorca, con despliegue de físico en el centro del campo y buena pierna zurda, asistencia magistral incluida a En-Nesyri. Con el senegalés y Fernando Reges en la zona ancha han llegado los mejores minutos del Sevilla esta temporada. Pues ninguno de los dos va a jugar ante el PSV. El primero por el error de la dirección depotiva, y por extensión del entrenador, de no apuntarlo a una competición que puede salvar la campaña; y el segundo porque acabó ante el Mallorca con molestias en el tobillo y Sampaoli lo quiere fresco para la visita al Rayo Vallecano.
Se piensa en el once y ya van cambiando las sensaciones, a peor, obviamente. Más aún, cuando Joan Jordán, baja en Vallecas por acumulación de tarjetas, tiene que ser titular. Como lo será Gudelj, también sancionado al cumplir ciclo de amarillas. Sampaoli, que sigue contando con muchas bajas (Rekik, Papu, Marcao, Tecatito y el citado Pape Gueye), va a rotar buscando frescura, aunque en la línea de tres centrales tiene poco, o nada, donde elegir: deben ser titulares de nuevo Nianzou, Gudelj y Badé.
Dmitrovic, que ha rendido a un gran nivel cuando ha jugado y ya sin Copa del Rey, podría dar descanso a Bono en la portería. Montiel apunta a titular porque Navas jugó arriesgando ante el Mallorca, sin el alta médica; mientras que Acuña ocupará el carril izquierdo (ha entrado Alex Telles en la convocatoria, pero aclaró Sampaoli que más bien para unirse emocionalmente al grupo y tener ya sus opciones de jugar en Vallecas.
En el centro del campo, Joan Jordán podría estar acompañado por Rakitic, mentras que Ocampos y Lamela, suplentes en Liga ante el Mallorca, acompañarían en el ataque a En-Nesyri. El internacional marroquí ha vuelto por sus fueros y resultaría extraño que el técnico no aprovechara la racha del goleador para dar entrada a Rafa Mir. Este último debe estar en el banquillo junto a Suso, que está volviendo a su nivel; Bryan Gil, regreso soñado a Nervión con gol en el día de su 22 cumpleaños y gran partido como carrilero; Óliver Torres, sigue siendo de los mejores, como desde que arrancó la temporada; o los ya citados Fernando y Jesús Navas.
Del Sevilla campeón de la seis Europa League queda poco en estos momentos de turbulencia en el club. El recuerdo activa el deseo, pero la realidad, salvo que los futbolistas que salten al Sánchez Pizjuán en el retorno de Luuk de Jong a Nervión y la puesta en el escaparate europeo de Xavi Simons, demuestren lo contrario. El PSV Eindhoven de Ruud van Nistelrooy, que ha vendido por 50 millones a Cody Gakpo al Liverpool y a Noni Madueke al Chelsea por 35 ‘kilos’, y ha logrado la cesión de Thorgan Hazard del Dortmund, solo ha perdido un partido después del Mundial. Duro examen para un Sevilla que no puede dejar de pensar en LaLiga y que, sin el aire fresco que le ha dado al equipo Pape Gueye, aún busca consolidar su idea de fútbol.
Sevilla FC: Dmitrovic; Montiel, Nianzou, Gudelj, Badé, Acuña; Joan Jordán, Rakitic; Ocampos, Lamela y En-Nesyri.
PSV Eindhoven: Benítez; Teze, Ramalho, Branthwaite, Van Aanholt; Sangaré, Veerman; Bakayoko, Xavi Simons, T. Hazard; y Luuk De Jong.
Árbitro: Radu Petrescu (rumano).
Estadio: Ramón Sánchez-Pizjuán.
Hora: 21.00.