Del Nido: “La catástrofe de bajar, ni pensarla; para mí, ahora Sampaoli es el mejor del mundo”

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Mientras el Sevilla FC sufre en la parcela deportiva con una horrible planificación del director general deportivo, Monchi, a quien se ve más fuera que dentro, continúa la batalla dialéctica del expresidente, José María del Nido Benavente, haciendo frente a la gestión del actual presidente, Pepe Castro, y su consejo de administración; y marcando cuáles pueden ser sus líneas de gobierno si vuelve al poder en breve, como así espera. En cada acto público que organiza o al que es invitado, toma el micrófono y lanza sus menajes.
“Yo no quiero hablar de la viabilidad del Sevilla en Segunda división, tocando madera con las dos manos, con un presupuesto de 220 millones de euros. Esa catástrofe mejor ni pensarla. Hay que pensar que Jorge Sampaoli es el mejor entrenador del mundo mientras esté en el Sevilla. Ojo, que quedan 18 jornadas y hay que ganar 7. Ahora viene el Mallorca, que puede ser igual que el Bayern de Múnich de los títulos. Hay que pensar ahora en salir de este lío en el que estamos, que ya es suficientemente gordo como para que yo, aunque acceda (al poder) en dos o en tres meses, cuestione la figura del entrenador. Para mí Sampaoli es el mejor del mundo", ha dicho este lunes Del Nido Benavente en la presentación del libro 'Transición, acoso y posesión. Los modelos de Marcelino, Emery y Lopetegui', escrito por el periodista de Diario de Sevilla, Jesús Alba.
Antes, en la Peña Sevillista de Dos Hermanas, como motivo del acto de presentación del tercer libro de Luis Manuel Cabrera, ‘El Gol que nos cambió la vida’, Del Nido se refirió a las críticas que recibe de quienes no consideran que su vuelta sea la solución para este Sevilla: "A mí no me afecta que un sector esté en mi contra. No quiero ser chulo, pero hasta me motiva. Que 30.000 o 40.000 aficionados estén en contra, eso es hasta bonito. ¿Son menos, no? A mí incluso me motiva. Tengo dos alternativas: o consigo el éxito… o consigo el éxito. Yo vi a mi padre con nueve años llorando por un descenso y le dije que cuando fuese presidente eso no pasaría. Hace casi 50 años de aquello. Aquí, a la espalda. Que me griten a mí, no pasa nada", comentó el pasado domingo.
A ello añadió que "cuando entro de presidente, no tenía la totalidad del apoyo de la afición. Lo que ocurre es que cuando fui gestionando la entidad, aquello se convirtió casi en el Partido Comunista, no votaba nadie en contra. Las cosas se hacían bien, la gente estaba contenta y la entidad cada vez era más potente. La mayoría de la afición quiere un cambio, quiere cambiar las manos que dirigen la sociedad y la gente sabe de lo que soy capaz. El mayor aval de una persona es su gestión anterior. Tenía dos opciones: vender mi capital o gestionar nuevamente mi sociedad, que es lo que quiero".
"A lo que inicié, le ha faltado su final. Cuando entré me encontré una quincalla, vosotros que sois de pueblo sabéis qué es una quincalla (“conjunto de objetos de metal, generalmente de escaso valor, como tijeras, dedales, imitaciones de joyas, etc”, según la RAE). Fijaos en el transatlántico que lo convertí. Me fui y a los tres meses levantamos un título. Veníamos de estar novenos y me cargué toda la plantilla. Monchi entró en mi despacho y me dijo que íbamos a cambiar a tres jugadores. ¿Tres? Le dije que no quería a ninguno. Le dije, ‘los que tenemos, los vendemos; y el que no, lo mal vendemos’. Yo quería una plantilla nueva. Se hizo y quedó campeona a los tres meses", indicó.
February 7, 2023