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Sevilla FC
Apareció En-Nesyri y se llevó el premio a una temporada marcada en negro en su impresionante crecimiento deportivo. Ya pudo certificar el pase del Sevilla FC a la Champions con un cabezazo en el suspiro final ante el Mallorca en el Sánchez-Pizjuán, pero lo evitó con un paradón el veterano Manolo Reina. En un guion escrito para su deseado protagonismo, apareció en los instantes finales en el Wanda Metropolitano para enviar a la red, con otro extraordinario remate de cabeza, un centro medido de Óliver Torres.
El larguero evitó en primera instancia la gloria que le esperaba, minutos después de cabecear al lateral de la red un centro pasado de Navas con el que no pudo conectar Rafa Mir. Finalmente, En-Nesyri encontró el gol que suponía el empate a uno, el punto que le hacía falta al Sevilla para firmar una histórica clasificación para la Champions -la tercera consecutiva sin fase previa-. Un empate que desataba la alegría en lo sevillistas y que echaba un jarro de agua fría sobre las ilusiones generadas en el Benito Villamarín, donde el Betis ganaba 2-0 al Granada y esperaba llegar con opciones de Champions a la última jornada de Liga.
¿Qué habría sido de la temporada del Sevilla contando con la participación de En-Nesyri? ¿Qué habría sido de una ilusionante campaña con un entrenador que no tuviera que esperar a estar con el agua al cuello para utilizar a dos delanteros? A En-Nesyri no se le puede pedir lo que es incapaz de dar, porque le faltan cualidades técnicas, pero es innegable que es un rematador nato, un goleador insaciable con un salto envidiable (a la altura de los saltos de un portento físico como Cristiano Ronaldo) y que el Sevilla podría haber sido otro si no hubiera tenido que competir tantos partidos sin su goleador titular.
Lopetegui: fin de ciclo
El gol del delantero internacional marroquí hace justicia a una campaña en la que el Sevilla le ha peleado el liderato al Madrid durante muchas jornadas. Una muy buena temporada empañada por las lesiones, por las bajas que ha provocado el Covid y por el agotamiento de un equipo achicharrado en las manos de Lopetegui. Su ciclo se ha terminado, es evidente. Lo certifica el enfado de Monchi con la noticia que se ha publicado el mismo día que el Sevilla se jugaba el pase a la Champions: el contacto del director deportivo con Diego Martínez para relevar a Julen. Lopetegui se irá, su etapa en el Sevilla concluye, pero lo hará cumpliendo con el principal objetivo que le había marcado el club.
Empate a empate, punto a punto, valiosos puntos que muchos creían que no servían para lograr el objetivo, el Sevilla se mantiene en su campamento base. Vuelve a superar un listón altísimo. Se sigue acostumbrando a vivir en la zona en la que a muchos equipos les entra el vértigo. El sabor a decepción añade un punto más de grandeza a un equipo que todavía puede quedar tercero. El Sevilla (67 puntos) recibe al Athletic de Bilbao en el Sánchez-Pizjuán en la última jornada de Liga y el Atlético de Madrid (68 puntos, uno más que el Sevilla) visita a la Real Sociedad, con el golaverage a favor de los de Lopetegui. Un empate en Nervión del Sevilla le valdría para ocupar la tercera plaza si los de Simeone pierden en San Sebastián.
Gol de Giménez y acierto en los cambios de Lopetegui
Todo apuntaba a drama y al pánico anunciado para la última jornada de Liga, pero el Sevilla encontró la casta y el coraje que da lustre a su historia. Tras varios avisos, Giménez logró de cabeza, en un córner, el tanto que se veía venir desde mucho antes de empezar el duelo. Sin nada que echarse a la boca en la primera mitad, movió el banco Lopetegui en el arranque de la segunda mitad dando entrada a Navas y a Tecatito por Montiel y Ocampos. También movía el dibujo táctico: defensa de tres centrales (Koundé, Gudelj y Diego Carlos), con Navas y Acuña en los laterales.
Acertó Lopetegui. Mejoró el Sevilla. Y más aún después de la entrada de Oliver (por Rakitic) y Rafa Mir (por Papu Gómez). El buen juego, sin embargo, no se vio reflejado en ocasiones de gol, que seguían siendo para un Atlético de Madrid despistado con la despedida de Luis Suárez (Cunha ocupó su plaza en el 65’). Bono evitó el tanto de Paul y Savic también estuvo a punto de marcar el 2-0 en un remate involuntario que por el palo derecho defendido por el meta marroquí. Pasaron los minutos y logró el Sevilla un empate con el que pocos contaban.
Alegría desbordada en el banquillo y en una afición que tendrá la oportunidad de evaluar la temporada en el Sánchez-Pizjuán, con la tranquilidad de saber que su equipo vive instalado donde se instalan los grandes de Europa. Un año más, y son tres de forma directa y consecutiva por primera vez en la historia, volverá a sonar la celestial musiquilla de la UEFA Champions League en Nervión. Seguramente, sin Lopetegui en el banquillo de un club que está muy por encima de sus interinos entrenadores.