Edición
Sevilla FC
No hay nada a lo que agarrarse. Era previsible. Con la derrota contaba hasta el más optimista de los sevillistas. Quedaba por ver la forma. Y la forma apunta al drama que se ve venir desde antes de que Julen Lopetegui tuviera las horas contadas como primer entrenador de un proyecto muy mal parido. Este Sevilla FC no sabe competir. Y lo que es más preocupante, a la más mínima dificultad, se desprende de los que deberían ser intocables fundamentos… y se rinde. Este Sevilla sí se rinde.
Un primer tiempo tan engañoso como los tres últimos triunfos caseros y tres goles encajados en una segunda mitad lamentable. No hay plan. No hay plantilla y el entrenador empieza a perder los papeles. O lo expulsan por protestar o entrega el papelito a un Joan Jordán que estuvo varios minutos intentando interpretar y ejecutar sobre el campo las órdenes de Sampaoli. Ridículo. Quiso dar el técnico argentino un giro de tuerca a su equipo tras el descanso, dando entrada a Lamela y Bryan Gil por los desaparecidos En-Nesyri y Óliver Torres, y empeoró una idea que ya estaba abocada al fracaso.
Ni una pizca de ilusión. Cada triunfo es un milagro y el Sevilla solo suma cinco, uno más que el Cádiz y el Getafe. El mercado invernal ya está cerrado y Monchi -su última rueda de prensa desprende olor a despedida- ha dado cuatro nuevas piezas a su entrenador. Bade cumple, pero sale en muchas fotos; Pape Gueye puede aportar, no estuvo mal en su debut; también deben hacerlo Bryan Gil, perdido en su retorno, y Lucas Ocampos, potencia desubicada.
De Barcelona vuelve el Sevilla con Acuña lesionado y la autoestima hundida. “Faltó valentía”, dijo el capitán Rakitic a la conclusión del encuentro. Con un remate a puerta, de cabeza de Ocampos en la recta final a la salida de un córner, es imposible ganar en el Camp Nou. Faltó valentía y se echaron en falta otros muchos conceptos futbolísticos. No hay calidad para discutirle la posesión de balón al Barça, pero tampoco para defender sin que se abra alguna grieta. Montiel no sabe cerrar su lateral y, sin la ayuda de Lamela, es una vía directa al corazón de la meta defendida por Bono. Las mismas carencias muestra Rekik, la imperfecta corrección sobre el campo. Ver a Rakitic como hombre más adelantado daña las retinas, tanto como comprobar que Gudelj y Jordán son capitanes generales en la mediocridad.
Tres goles le hizo el Barça al Sevilla en Nervión y otros tres, sin despeinarse, le ha marcado en el Camp Nou. Mallorca y Osasuna en el Sánchez-Pizjuán, y el Rayo en Vallecas, con el play-off de la Europa League ante el PSV como incómoda eliminatoria en el camino, van a marcar el destino de los de Sampaoli en una segunda vuelta que ya está en marcha. El Barcelona no está en su liga, pero se puede perder de mil maneras y el Sevilla eligió la peor posible, la que choca frontalmente con la indulgencia de su afición: rendirse.