Fichajes de invierno

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Al igual que se criticó a Monchi tras el mercado de verano, hay que alabarlo ahora. El de San Fernando ha acertado de pleno con las incorporaciones de Loïc Badé y Pape Gueye, además de los regresos de Lucas Ocampos y Bryan Gil. En el día de su 22 cumpleaños, el extremo ha vuelto a ver portería con el club de sus amores en una jugada 'made in' Carretera de Utrera, con un centro de Jesús Navas al segundo palo que ha rebañado sobre la línea el gaditano.
Poco antes, Youssef En-Nesyri había visto puerta otra vez. El marroquí, apodado por la grada e incluso algún narrador como el 'dromedario cósmico', batió a Rajković y cuajó una jugada de ensueño para comenzar la jugada del segundo gol. Y he aquí el motivo del título del artículo. No sólo las incorporaciones del mercado invernal son fichajes, sino también los que han recuperado su mejor nivel tras el Mundial de Catar.
Marcos Acuña, que hoy ha disputado su partido 101 con el Sevilla FC, fue el primero en resurgir de sus cenizas. Youssef En-Nesyri y Suso, que venían dejando muestras de su mejoría, se han ratificado ante un Mallorca que apenas ha olido la bola en un Ramón Sánchez-Pizjuán hasta la bandera y con un ambiente prepandémico podemos decir. La afición ha estado con su equipo en una tarde para el recuerdo, donde el equipo ha brillado de principio a fin. Incluso Tanguy Nianzou, criticado hasta la saciedad, ha parecido futbolista sobre el verde del feudo blanquirrojo.
La única nota discordante ha sido un Gonzalo Montiel que ha recibido una sonora pitada debido a su paupérrima actuación en Barcelona. El carrilero diestro, que ha entrado sustituyendo a un Jesús Navas que no podía con las piernas, apenas ha participado en el juego de un equipo que ha bordado el fútbol para deleite de los suyos, aunque si hablamos de deleite no podemos dejar de lado la actuación de Pape Gueye.
El mediocentro ha cuajado un partido soberbio al lado de Fernando, ayudando al brasileño a sostener el centro del campo de una forma que parecía olvidada en Nervión. Gueye, al igual que sus compañeros, se ha marchado ovacionado por una grada que hoy ha respirado tranquila gracias a los tres puntos obtenidos, y que mira de reojo al duelo del próximo jueves ante el PSV. Es una utopía, pero todo el mundo sabe que nadie tiene una relación de amor con la Europa League tan platónica como los hispalenses.
Jorge Sampaoli y su equipo han convertido, de nuevo y a Dios gracias, el Ramón Sánchez-Pizjuán en el fortín que era antaño. Pese a la mala primera mitad de temporada, la afición sevillista se permite soñar con seguir escalando puestos en una clasificación que está apretada a más no poder. El Sevilla lleva 12/12 en casa tras el Mundial de Catar, y los fichajes de invierno van apuntalando las bases de un equipo que ya ha empezado a mostrar otra cara, al menos en Nervión.