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Sevilla FC
El Sevilla FC llegaba a Eindhoven con el objetivo de refrendar su mejoría en Europa. El PSV también estaba en una tesitura similar, en su caso demostrar que lo que hace en la Eredivisie puede reproducirlo en la Champions League. Los tres puntos se antojaban claves, sobre todo para los de Nervión que tendrán que afrontar dos jornadas de Europa consecutivas frente al Arsenal.
Ritmo de Champions
Los primeros compases fueron de alternancia constante. Si el Sevilla conseguía controlar el partido durante cinco minutos, el PSV despertaba y le metía el miedo en el cuerpo. El principal peligro de los neerlandeses llegó por la banda derecha con Bakayoko aprovechando los huecos que dejaban las subidas de Pedrosa. A los de Mendilibar les costó encontrar la forma de hacerles daño. Los centros sevillistas no conseguían encontrar un destinatario, mientras que el PSV sí conectaba con sus rematadores a los que les faltó puntería.
El Sevilla consiguió rebajar por momentos esa presión local conectando con la gente de arriba. Ocampos consiguió dar un susto con una buena internada por banda derecha pero terminó disparando por encima del larguero. Una ocasión que no amedrentó al atrevimiento del equipo de Peter Bosz que no se lo pensaba a la hora de ir hacia delante. Su acercamiento más claro llegó a balón parado. Una falta botada desde el perfil zurdo encontró a Ramalho que superó a Nyland con su remate, pero el linier estuvo atento para determinar rápidamente que el central había partido de posición antirreglamentaria.
Mendilibar empezó a mover las piezas que tenía sobre el campo. Ya que no parecía posible reducir el ritmo del PSV los suyos tenían que igualarlo al menos. En esas colocó a Lukébakio por el medio y pasó a Ocampos a la banda izquierda. El argentino ayudaba más a Pedrosa en defensa mientras que así el belga tenía más ocasiones para estar más cerca del área donde es realmente peligroso. De sus botas nació la última ocasión de estos primeros 45 minutos con un tiro desde fuera del área que se fue alto.
Tan cerca y tan lejos a la vez
El arranque del segundo tiempo fue similar a lo transcurrido en los 45 minutos, pero Pedrosa creyó más que nadie en una jugada que no iba a ninguna parte. El lateral presionó a Ramalho que falló en el control y sin pensárselo un segundo encaró a la portería y superó a Benítez. Se antojaban felices para los sevillistas pero una norma hecha con otra intención anuló el gol. El robo de Pedrosa a Ramalho tocó levemente en la mano del catalán que estaba sobre su pecho, suficiente para que desde el VAR considerasen que no debía subir al luminoso.
El Sevilla tuvo la ocasión de reponerse del palo rápidamente pero En-Nesyri estrelló el balón en el larguero cuando lo tenía todo para marcar. El sonido de la madera de la portería del PSV retumbó a tambores de guerra. Los neerlandeses despertaron y empezaron a acumular ocasiones. Primero llegó un centro envenenado que golpeó en Gudelj y acabó dando en el palo y después una internada de Bakayoko que paró Nyland.
Mendilibar no estaba contento con su equipo e introdujo los primeros cambios. Sow y Óliver Torres entraron al campo en el lugar de Fernando y Suso. Sin dar tiempo casi a que el equipo mejorase llegó la mejor noticia posible para los de Nervión. Un córner sacado en corto acabó con Navas centrando desde la derecha para Ramos en el segundo palo. Allí el camero estuvo listo para dejarsela a placer a Gudelj que remató con el alma al fondo de las mallas. Con el gol en el marcador sevillista y como respuesta a los cambios Bosz, el de Zaldívar decidió darle piernas frescas a los laterales. Pedrosa y Navas abandonaron en el verde para dejarle sitio a Acuña y Juanlu.
El PSV se lanzó a por todas sabiendo que ya no tenía nada que perder. Con Bakayoko ya fuera del campo, Lang se convirtió en el líder ofensivo. El extremo zurdo comenzó a crear peligro con diagonales desde la izquierda hacia dentro, imparables para la zaga sevillista. Aunque fue Orsato quien terminó siendo determinante para el PSV. El árbitro señaló un penalti que desde el VAR no le llamaron para que revisase aunque se apreció que no había contacto. La pena máxima la transformó De Jong que engaño a la perfección a Nyland para poner la igualada.
Cuando otros se habrían parado, Juanlu y En-Nesyri protagonizaron una jugada que recordarán por mucho tiempo. Cuando nadie tenía fuerzas el canterano galopó por la banda derecha para acabar centrando a la cabeza del marroquí que volvió a poner al Sevilla por delante. Los de Mendilibar rozaban esa noche mágica en Champions que tanto pedían y tanto habían vivido en Europa League, pero en el descuento se quedó a las puertas. Teze acabó cazando un rebote de una falta lateral para superar a Nyland y poner el empate. En la última jugada rozaron la épica con un balón colgado, pero Sow se quedó a centímetros de embocar a puerta vacía.