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Sevilla FC
Real Madrid y Sevilla FC se citaban en el Santiago Bernabéu en un duelo más marcado por lo externo que por lo puramente deportivo. El homenaje de Ramos acaparó la mayoría de titulares sobre el partido hasta que los de Nervión decidieron denunciar al Real Madrid por su vídeo contra los colegiados del encuentro. Un hecho que pasó el regreso del camero a la que fuera su casa a un segundo plano pero que no afectó al recibimiento del estadio blanco al Sevilla FC.
Un susto que sirvió de lección
El partido comenzó sin ninguna sorpresa de guión. Los blancos mandando mientras los sevillistas esperaban su oportunidad a la contra. Un plan que estuvo cerca de salirle a la perfección a Sánchez Flores antes de que se cumpliese el minuto 10 de juego. Ocampos vio el desmarque de ruptura de Isaac Romero que sacó un gran centro para En-Nesyri en el segundo palo. El marroquí remató con su pierna mala y el tiro salió demasiado alto.
El Real Madrid no se amedrentó y golpeó en la siguiente acción. Lucas Vázquez aprovechó una desatención defensiva de Ocampos para llegar desde segunda línea a placer y superar a Nyland. Pero el VAR apareció para darle una vida extra a los hispalenses. González Fuertes advirtió a Díaz de Mera que en el inicio de la jugada Nacho había cometido falta sobre En-Nesyri. El colegiado tras revisar la jugada en el monitor acabó señalando la infracción y anulando el tanto.
El Sevilla FC aprendió la lección y levantó una muralla en su área para evitar que los locales se acercaran a la meta de Nyland. Badé y Sergio Ramos se erigieron como dos grandes torres de las que Vinicius y Brahim intentaron escabullirse pero sin éxito. La única forma de meter miedo al meta noruego fue con un disparo lejano de Valverde que Nyland despejó a córner. Pero como ya pasara en Valencia a consecuencia de esta resistencia numantina las veces que los sevillistas pisaron el área de Lunin pasaron a contarse con los dedos de una mano.
Terremoto blanco
Todo lo que no había pasado en la primera parte ocurrió en los quince primeros minutos de la segunda mitad. Brahim se coló hasta la cocina y acabó sacando un pase atrás a Valverde que estaba sólo. El uruguayo no conectó bien con el balón y lo estrelló en el palo. El Sevilla FC no se quedó de brazos cruzados y salió a la contra, al igual que en el primer tiempo con Ocampos e Isaac de protagonistas. Esta vez fue el argentino quien centró para que el canterano rematase prácticamente en el área pequeña, pero se encontró con una parada milagrosa de Lunin con la pierna.
Lo que había parecido un susto inicial del Real Madrid se convirtió en arrebato blanco. Los acercamientos en el área de Nyland se empezaron a encadenar pero el guardameta noruego volvió a ratificar su gran nivel con varias paradas de mérito, en especial una a Vinicius desde dentro del área. Una tormenta que los de Sánchez Flores no estaban sabiendo capear pero llegó un tiempo muerto inesperado. Díaz de Mera se tuvo que retirar lesionado obligando a detener el partido hasta que el cuarto árbitro, Fernández Cuervo, estuviese preparado.
Esta pausa sirvió para ajustar ciertos aspectos pero los blancos siguieron atosigando el área sevillista. Además, las fuerzas empezaron a fallar en las filas hispalenses y ya no se les veía salir a la contra con tanta brillantez. Eso obligó al técnico madrileño a mover ficha. Alejo Véliz, Juanlu y Suso entraron al campo en sustitución de Isaac, Navas y Óliver. Las sustituciones no consiguieron estirar al equipo y resistir 45 minutos un asedio blanco en el Bernabéu no suele acabar bien.
El Real Madrid se acabó adelantando con un gol desde la frontal de Modric. El croata se encontró el balón en la frontal tras un despeje de Badé y ajustó el balón al palo largo para que Nyland no pudiera llegar. Los jugadores protestaron la posición de Rudiger en el centro de Kroos pero el central no hizo por jugar el balón, eliminando cualquier tipo de polémica que pudiera haber. El Sevilla FC ya no tenía nada que perder y se lanzó al ataque a intentar el empate pero sin demasiado acierto. El mayor peligro lo generó Kike Salas, justo antes de abandonar el campo por Nianzou. El canterano forzó un córner que acabó rematando él mismo desviado por poco del arco de Lunin.