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Sevilla FC
Ya poco queda de aquel Valencia CF que ganó la Copa del Rey en 2019. Un título que no sirvió para que desde Singapur se dieran cuenta del gigante dormido que tenían entre manos. Unos pocos meses después todo saltaría por los aires. Marcelino se marchaba del banquillo y al poco tiempo después Mateu Alemany, los dos pilares sobre los que se sostenía el proyecto. Desde entonces un sinfín de entrenadores han pasado por el banquillo de Mestalla, todos con el mismo final. Enfrentados a Peter Lim y su falta de inversión en el club. El último en llegar fue Rubén Baraja. El por ahora entrenador del Valencia arriesgó su estatus de leyenda ché para ponerse al servicio de un equipo que navegaba hacia el descenso. Se rodeó de jugadores de la cantera, externos al entorno viciado del primer equipo de las últimas temporadas, y salvaron la categoría en la última jornada.
El susto de la pasada temporada parece no haber preocupado lo más mínimo en Singapur. Lejos de reforzar la plantilla se ha debilitado aún más. Siete bajas, entre ventas y cesiones que llegaban a su fin, por sólo un fichaje, Pepelu, y la ejecución de la opción de compra sobre Cenk. La falta de inversión ha provocado que haya operaciones que parecían cerca de hacerse pero que de momento siguen en stand by. La que mejor se conoce en Nervión es la de Rafa Mir. El delantero murciano parecía destinado a ser un ché más tras la salida de Cavani, pero la falta de acuerdo hará que viva el partido del viernes como sevillista.
Aunque el caso más llamativo y que magnifica la situación es el de Sergi Canós. El jugador español del Brentford desea regresar a España pero Meriton no está dispuesto a pagar los 250 mil euros que pide el club inglés hasta que no salgan Samu Castillejo o Racic. Una situación que según adelantó Relevo hizo que Canós propusiera ponerlos de su salario, pero se encontró con el no de Peter Lim.
Una situación que ha generado que cuerpo técnico y la plantilla pongan el grito en el cielo pidiendo refuerzos. El primero de ellos fue Gayá, capitán del equipo, quien reconoció que con la plantilla actual van a volver a sufrir: “Es obvio y todos sabemos que la plantilla tiene que mejorar bastante, lo estamos viendo. Es verdad que los chavales en esta pretemporada han demostrado que están preparados pero somos conscientes de que nos hacen falta fichajes y los sabemos todos”.
El sábado 5 de agosto se celebró el Trofeo Naranja, en el que los chés cayeron derrotados frente al Aston Villa de Unai Emery. Tras el encuentro Baraja exigió refuerzos: “Espero que esto cambie. Necesitamos reforzarnos, es una obviedad. Necesitamos traer a esos jugadores que nos den competencia en los puestos, sobre todo arriba. Necesitamos gol y desequilibrio”. Le pidió paciencia a la afición aunque afirmó que entiende su frustración y que está de su lado: “Seremos sinceros y valoraremos la plantilla a 31 de agosto. Yo no voy a fallar a mi gente diciendo cosas que no son coherentes”. Una afirmación que retumbó en la capital del Turia y en el seno de Meriton, los cuales ya tienen experiencia en despedir entrenadores por no estar de acuerdo con ellos.
La situación de tensión ya se ha trasladado incluso a la relación entre jugadores y afición, reflejándose en el partido del pasado sábado. Gabriel Paulista dejó de lado el partido en medio de una jugada durante para encararse con un aficionado que le había faltado el respeto. Una acción por la que el brasileño ya ha pedido perdón. Por todo esto, el Sevilla recibirá el próximo viernes en el Sánchez-Pizjuán a un Valencia que es una bomba a punto de explotar.