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Sevilla FC
Sevilla FC y Celta de Vigo se daban cita en el Ramón Sánchez-Pizjuán en un duelo clave por la salvación. Los sevillistas llegaban tras el traspiés de Almería pero encadenando tres partidos sin perder en el templo de Nervión. Por su parte, los vigueses no atraviesan sus mejores semanas que han acabado por costarle el puesto a Rafa Benítez. A pesar de ello, el ascenso de Claudio Giráldez, hasta ahora técnico del Celta Fortuna, al primer equipo ha despertado de nuevo la esperanza en el terreno celeste de las tierras gallegas.
Soluciones En-Nesyri
El Celta arrancó buscando arriba a los hispalenses y teniendo el control del balón. Quique Flores apostó por Ocampos en el centro del campo en lugar de Sow y al argentino se le vio encorsetado, sin poder correr como está acostumbrado. En una de las presiones altas de los visitantes casi llega el primer gol del partido. Iago Aspas se plantó en el área tras un robo en la frontal, pero el de Moaña se quedó a medias entre tirar y centrar y el balón se paseó por todo el área pequeña.
El Sevilla FC empezó a cogerle el punto a medida que ganaba metros en el campo gracias a Isaac Romero y En-Nesyri. La dupla de delanteros tiró varios desmarques a la espalda de la defensa viguesa, cuya pareja de defensas se vio muy superada. En-Nesyri supo identificarlo y presionó con todo a Unai Nuñez que se hizo un lío con el balón, regalándoselo al delantero sevillista. El marroquí no perdonó el mano a mano contra Guaita y desató la alegría en el Ramón Sánchez-Pizjuán.
El plan del técnico madrileño estaba saliendo sobre ruedas aunque por momentos desesperaba a la afición. Por delante en el marcador los hispalenses plantaron la muralla y a esperar que los puntas estiraran al equipo. Al Celta le costó un mundo poder penetrar en el área sevillista y sólo pudo acercarse a Nyland a través de balones al espacio a Larsen. El punta noruego tuvo dos manos a manos contra su compatriota pero el guardameta estuvo atento para reducirle el espacio al máximo en ambas jugadas.
Inofensivo y frágil
El Sevilla FC salió a la segunda parte descolocado. La defensa dejó huecos, facilitando las combinaciones de los atacantes celestes. Al igual que en el arranque del partido Aspas se coló hasta la cocina pero su tiro volvió a no coger portería. Larsen también tuvo la suya en un contragolpe que mandó alto frente a Nyland.
La importancia del partido hizo que los jugadores sevillistas estuvieran más nerviosos de lo normal, lo cual se tradujo en protestas al colegiado. Ya en la primera parte Acuña vio la amarilla por protestar una acción en la que también vio la tarjeta Ramos. En el segundo tiempo fue Navas quien fue amonestado, también por quejarse a Hernández Maeso, y se perderá el siguiente partido.
El Celta de Vigo empezó a dejar huecos atrás e Isaac Romero supo aprovechar los espacios. El lebrijano se plantó frente a Guaita en varias ocasiones, pero no tuvo su mejor día de cara a puerta. Quique Flores movió ficha para tener más velocidad y piernas frescas. El técnico dio entrada a Lukébakio y Suso por En-Nesyri y Ocampos.
Un cambio que provocó el enfado del marroquí. Este tuvo un saludo frío e intercambio de palabras con el técnico y posteriormente le dio una patada a una botella. Todo parecía que se iba a quedar ahí, pero Quique Flores se fue hacia En-Nesyri para recriminarle su actitud y Ocampos y Marcao tuvieron que calmar las aguas y separarlos antes de que fuera a mayores.
Lukébakio entró con la chispa que le faltaba al equipo pero fue claramente de más a menos. Al igual que Isaac tuvo el segundo en sus botas pero Guaita intervino con acierto. Como ya pasara en Almería, el partido se convirtió en un ida y vuelta a pesar de que los precedentes ya avisaban que no le favorecía a los de Nervión.
En una contra apareció Carles Pérez para poner el empate en el luminoso. El extremo sacó un potente disparo desde el perfil derecho de la frontal que cogió gran velocidad para colarse por la escuadra del primer palo, siendo imposible para Nyland. El gol sacó el orgullo del Celta mientras que el Sevilla FC se vino abajo claramente.
La seguridad defensiva de la primera parte se esfumó. Quique Flores retiró a Gudelj del campo por Pedrosa, pasando a línea de cuatro en defensa. Un cambio que abrió más huecos de los que ya había. Bamba sacó un centro para Larsen que se birló de la marca de Kike Salas con tremenda facilidad para batir de tacón a Nyland.
El Sevilla FC pasó en menos de diez minutos de poder matar el partido a verse por detrás en el marcador. A los de Quique Flores les faltaba fútbol y sólo creaban peligro a través del uno contra uno de Lukébakio. En una de estas acciones el belga cayó en el área y el colegiado señaló penalti, pero Del Cerro Grande mandó a Hernández Maeso a revisarlo en el VAR. La repetición dejó claro que el defensa del Celta apenas rozó a Lukébakio que se fue al suelo con tremenda facilidad.
El descuento fue sonrojante para el Sevilla FC que acabó siendo pitado por los suyos. El Celta de Vigo manejó los tiempos a la perfección. Los de Giráldez supieron incluso jugar con el balón ante unos hispalenses que no tenían fuerzas ni para arrebatarselo a sus rivales. La única acción de peligro llegó de un córner que remató Jordán fuera.