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Sevilla FC
El fútbol regresaba al Ramón Sánchez-Pizjuán más de un mes después. El último recuerdo que tenía el sevillista de visitar su templo fue una dolorosa derrota frente al Celta de Vigo que hacía saltar todas las alarmas. Por suerte para ellos y para el futuro del Sevilla FC, el equipo ha encauzado el rumbo y tras dos victorias consecutivas a domicilio ve el descenso a lo lejos. Con mayor preocupación llegaba el Mallorca a la capital andaluza. Aunque llegar a la final de la Copa haya sido un gran éxito, los resultados de la jornada le obligaban a sumar si no se querían quedar a seis puntos del Cádiz, contra el que se enfrentan la próxima jornada.
Jugó a lo que no podía
El partido comenzó con el guión esperado. La propuesta de los de Javier Aguirre es similar a la que se ha impuesto en el Sevilla FC en los últimos encuentros y empezó el encuentro cargando el área con balones directos y jugadas a balón parado. Por su parte los de Quique Flores optaron por combinar este juego directo con posesiones largas, aunque sin mucho peligro. La más clara de los primeros quince minutos llegó de un córner bermellón que remató Muriqi en el segundo palo a las manos de Nyland.
Las interrupciones empezaron a adueñarse del juego, algo que beneficiaba al Mallorca. Los hispalenses seguían tocando y tocando pero sin arriesgar demasiado. Un juego demasiado plano que provocó la desesperación en las gradas y sus consecuentes pitos. De una de estas jugadas llegó una pérdida en el centro del campo que permitió a los bermellones armar la contra más peligrosa de la primera mitad.Radonjic se la pasó a Muriqi dentro el área y con todo a su favor el kosovar sacó un disparo que superó a Nyland pero que Ramos de forma milagrosa despejó sobre la línea.
Esta primera parte dejó en evidencia la falta de perfiles más creativos y atrevidos en la plantilla. Todos los jugadores la pedían al pie, facilitando la labor de la defensa del Mallorca. La única ocasión de crear peligro ante Rajkovic no llegó a partir del juego asociativo sino de un contraataque, esos que tanto rédito le han dado a los de Quique Flores en los últimos tiempos. Soumaré sacó a relucir su zancada para avanzar metros y dejársela en bandeja a Isaac Romero ante el meta serbio. El lebrijano se encontró con Rajkovic que se hizo grande y alargó momentáneamente la racha del delantero sin ver puerta.
La revolución de Suso
Al técnico madrileño no le gustó nada lo que vio en los primeros 45 minutos y dio entrada a Suso por Agoumé nada más volver de los vestuarios. Un cambio que buscaba más capacidad asociativa y que puede terminar de sentenciar al francés y sus posibilidades de seguir en Nervión. El gaditano entró activo al partido y en menos de cinco minutos ya produjo más que sus compañeros. Suso siempre recibió y miró hacia delante e incluso se atrevió con su propio disparo, intentando emular el gol que marcó ante la Juventus pero esta vez se fue alto.
Aunque el Sevilla FC se acercara más al área contrario poco le afectó al Mallorca. Los de Javier Aguirre tenían su plan claro y nuevamente en una contra dieron un susto tremendo al sevillismo. Radonjic, antes de ser sustituido por Larin, esta vez no buscó a ningún compañero y remató la jugada con una volea que primero se estrelló en el palo y luego tocó a Nyland para acabar marchándose a córner.
Esta acción tan clara no amedrentó la mejora del Sevilla FC que golpeó de la mejor manera. Navas filtró un pase a Suso que escorado a la banda derecha puso un centro magnífico a En-Nesyri, que remató de cabeza en el área pequeña al fondo de las mallas. Un tanto que eleva la cifra del marroquí a los 16 goles y que le acerca a superar los 18 que anotó la temporada pasada.
El resultado obligó al Mallorca a dar un paso adelante y su entrenador realizó un triple cambio, introduciendo a Sergi Darder, Morlanes y Antonio Sánchez para tener más balón. Esto provocó la aparición de más espacios y ahí En-Nesyri e Isaac Romero sentenciaron el partido. Ambos se asociaron para armar la contra y que llegara el segundo. El marroquí se la dio al lebrijano que esta vez sí marcó gol con la fortuna de que su disparo tocó en Raillo y superó por alto a un Rajkovic ya vencido.
Pero como viene siendo costumbre no todo fue color de rosas en Nervión. En la recta final Gudelj tuvo que abandonar el campo por un problema físico, dejando su lugar a Acuña. Por si fuera poco también se llevó un susto en lo futbolístico en el descuento. Abdon Prats anotó el gol mallorquinista con un buen remate de cabeza ante un Sevilla FC que ya se había relajado. Anteriormente Quique Flores había aprovechado para hacer los cambios que le quedaban y que los suyos se llevaran tres grandes ovaciones. Lamela, Lukébakio y Juanlu entraron por En-Nesyri, Isaac Romero y Jesús Navas, que levantaron al respetable del Ramón Sánchez-Pizjuán.