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Sevilla FC
El Sevilla FC regresaba al Ramón Sánchez-Pizjuán con el objetivo de devolverle la condición de fortín a su feudo. La victoria frente al Atlético de Madrid hizo resurgir la comunión entre equipo y afición y el duelo frente a una Real Sociedad de capa caída se presentaba como una oportunidad de oro para darle continuidad a este idilio.
Arranque arrollador con final agridulce
Los de Sánchez Flores demostraron que nada tiene que ver cuando juegan en casa que cuando lo hacen fuera. El comienzo fue de una intensidad máxima, apretando arriba a los donostiarras y forzandolos a fallar. El vivo reflejo de esa intensidad fue Isaac que le robó la cartera a Aramburu antes de que se cumpliese el tercer minuto de juego. El lebrijano encaró a Remiro superando a varios rivales, pero a la hora de definir se llenó de balón y mandó el tiro al cuerpo del guardameta en lugar de buscar al compañero que tenía a su derecha.
La Real Sociedad dio un pequeño susto con un disparo de Zakharyan que mandó Nyland a córner pero no metió el miedo en el cuerpo a los locales sino todo lo contrario. El Ramón Sánchez-Pizjuán tocó tambores de guerra y en dos minutos llegaron dos tantos que vienen a confirmar el nacimiento de una dupla de muchos quilates formada por Isaac Romero y En-Nesyri.
El canterano cazó un mal impacto de Hannibal con el balón para sacar un tiro que Remiro evitó con una gran parada pero ahí estaba el marroquí. En Nesyri sin demasiado tiempo para pensar que es cuando mejor rinde cazó el rebote para poner el primero en el marcador. Los mismos protagonistas crearon el segundo gol prácticamente de la nada. Isaac escorado a la banda izquierda vio el desmarque de En-Nesyri que no se lo pensó y sacó un disparo cruzado que pilló por sorpresa a Remiro.
La Real Sociedad se encontró en el peor escenario posible que se podía imaginar. Intentó hacerse fuerte a través de la posesión que es como mejor sabe, pero sin la calidad diferencial de jugadores como Kubo, Oyarabal o Brais sobre el campo sus ataques apenas ponían en peligro la meta sevillista Pero ni así hay 45 minutos de felicidad completa para los de Nervión. Esta vez el jarro de agua fría llegó en el tema físico y con un penalti en el último suspiro.
Primero, En-Nesyri hizo saltar las alarmas echándose al suelo por unas molestias en el tobillo pero tras ser atendido por los médicos regresó al campo sin complicaciones. Más preocupante fue lo de Navas que se torció el tobillo izquierdo persiguiendo a Tierney y tuvo que ser destituido en el descanso por Juanlu. A un minuto de acabar el descuento Busquets Ferrer señaló una pena máxima por una mano de Sergio Ramos. El penalti lo transformó André Silva, que pidió perdón a la que fuera su afición.
Intensidad como solución a todo
El gol no le sentó del todo bien al Sevilla FC que empezó la segunda parte con ciertas dudas. El claro ejemplo de ello fue Hannibal que afrontaba su primera titularidad y tuvo dos caras. Cuando le tocó jugar en campo propio se le vio tomando decisiones erróneas e incluso poniendo en peligro a los suyos, pero en el terreno rival dejó varias jugadas que demuestran su calidad. Sánchez Flores no quiso correr más riesgos y lo sustituyó por Suso, asegurando así mantener un mínimo de calidad sobre el campo pero también sabiendo que el gaditano no arriesgaría tanto.
El mal arranque se solventó nuevamente gracias a En-Nesyri e Isaac. La dupla de delanteros buscó las cosquillas a la defensa realista con desmarques a la espalda que les obligaron a recular más de lo que el resultado e Imanol les pedía. El Sevilla FC arrinconó a la Real Sociedad y así llegó el tercero. Óliver Torres cazó un mal rechace de Sadiq tras un córner para poner un centro a Sergio Ramos. Allí el camero demostró que sigue teniendo alma de delantero y con un remate de cabeza ajustado al palo superó a Remiro.
Imanol dio entrada a varios canteranos demostrando que la vuelta ante el PSG ya pesaba más que intentar la remontada. Mientras tanto su homólogo en el banquillo sevillista no estaba tan convencido con el resultado y tardó algo más en hacer los cambios. Finalmente acabaron entrando Nianzou y Alejo Véliz por Badé e Isaac Romero, que volvió a marcharse ovacionado por la grada como ya ocurriera contra los colchoneros.
El Sevilla FC se confió demasiado rápido y le dio una vida extra a la Real Sociedad. Brais Méndez, de los pocos titulares de los donostiarras en el campo, se echó a los suyos a las espaldas y con ayuda de Nyland puso el segundo. El pontevedrés lanzó una falta desde la frontal al palo del portero sin demasiada potencia y Nyland, tapado por varios jugadores de la Real, estuvo lento y acabó encajando un nuevo gol. Por suerte para los de Sánchez Flores no hubo mucho más fútbol y volvió a sumar de tres.