Una Junta de la que sale un gran perdedor: el Sevilla FC

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Todo sigue igual, de momento, pero de la tan esperada Junta de Accionistas del Sevilla FC sale un club muy debilitado institucionalmente, fracturado socialmente, judicializado (Del Nido Benavente impugnará la Junta) y con un amplio rechazo a la gestión del actual presidente Pepe Castro, que no pudo sacar adelante ni la aprobación de las cuentas del ejercicio en curso. Tan solo el blindaje del estadio y los símbolos se aprobó con una amplísima mayoría.
La gran pregunta de los aficionados a la conclusión de la Junta era, tras un golpe tan duro que acrecienta la inestabilidad de la entidad… “¿Y ahora qué?”. Ahora, a rezar para que la crisis de gobierno (y los otros pleitos cruzados entre Castro y Del Nido Benavente por el pacto de gobernabilidad y por la agrupación de acciones del expresidente-) no se traslade al campo; y esperar a que se convoque una nueva Junta de Accionistas antes del 30 de junio para reformular las cuentas e intentar que estas sean aprobadas.
Pepe Castro ganó porque finalmente el expresidente no pudo votar en los puntos clave del ‘Orden del día’, el 10 y el 13. El 10, el de la remoción del consejo. Apoyándose en el auto de la Audiencia Provincial de Sevilla del pasado 12 de diciembre, Castro sacó su gran escudo: Del Nido no podía votar con sus cerca de 32.000 acciones por el derecho de representación de las minorías, por el pacto de gobernabilidad firmado en 2018 y que tiene vigencia hasta 2024. Solo un 21,40% votó que sí, mientras que no lo hizo el 63,51%; en blanco el 0,06%. Ahí se produjo la imagen más bochornosa, con un cordón de seguridad acotando y frenando la zona de los Del Nido. También ganó Castro, por el mismo motivo, en el punto 13, la acción social de responsabilidad del actual consejo.
Para Del Nido Benavente, "el Consejo de Administración ha quedado destituido por mandato legal” y volverá a ser “presidente del Sevilla, sí o sí" para quitar de la poltrona al “trilero” Pepe Castro, “el cáncer de la sociedad”. No se amilanó Castro en su discurso al cerrar la Junta: “El cáncer del Sevilla no soy yo, el cáncer del Sevilla es usted, porque para usted no vale nada si no está usted. Usted ha engañado a su hijo, cuando se vio mal de efectivo de dinero, hizo un engaño, intentando hacer un acuerdo con Sevillistas de Nervión. Y ahí perdíamos todos. Yo fui vicepresidente fiel con usted, y lo habría sido 30 años, y me habría dado igual. Usted engañó a su hijo, le hizo firmar un pacto y en la misma noche le puso un mensaje y le dijo: ‘Ahora ya estamos dentro, ve y te cargas a Castro y a José María Cruz’. Usted no quiere al Sevilla”.
El sentido común lo pusieron muchos pequeños accionistas que tomaron la palabra y que pidieron a las partes que dejaran los enfrentamientos y firmaran alianzas por el bien del Sevilla FC; que aparcaran sus intereses individuales y se centraran en el interés colectivo de la afición y de club; que lideraran a las gradas en vez de dividirlas; que respetaran las palabras del gran presidente, Ramón Sánchez-Pizjuán y entendieran que el Sevilla está por encima de todos; que dieran más protagonismo a los socios y acercaran a los jugadores a las peñas sevillistas; que se encierren en una habitación y dejen fuera a los abogados para llegar a un acuerdo.
El acuerdo, el consenso, es inviable. De la Junta sale un Sevilla más roto, judicializado y bloqueado en su acción. Con las cuentas del ejercicio sin aprobar, tampoco se aprobaron los auditores, el club es muy probable que no sea capaz de salir del apocalíptico escenario dibujado por Del Nido Benavente y otros muchos accionistas. Castro y Del Nido ganaron a su manera, pero dejaron en la lona a un gran perdedor, el Sevilla FC, el mismo que se juega el descenso en Vigo ante el Celta.