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Sevilla FC
La marcha de Monchi del Sevilla FC por los muchos millones que va a cobrar en el Aston Villa y el fichaje de su sustituto en la dirección deportiva no han sido un ejemplo que pueda trasladarse a ninguna clase magistral de gestión de un club de fútbol. El adiós del gaditano por la puerta de atrás se demoró en el tiempo en exceso, aunque en este caso hicieron bien los dirigentes en exigir a Monchi el pago de su cláusula para seguir trabajando en otro club. Y al fichaje de su sustituto, con vuelta a la primera opción tras probar otras dos alternativas, le ha sobrado el casting público con ofertas, negativas y enfado incluido en el caso del Rayo Vallecano por intentar llevarse el Sevilla, sin aviso, a David Cobeño.
Víctor Orta siempre fue la primera opción, pero pasó a la recámara después de que el presidente Pepe Castro y el vicepresidente José María del Nido Carrasco decidieran apostar por romper con el ‘modelo Monchi’ y todo lo que oliera al ya ex director deportivo. Finalmente han decidido volver al punto de partida y a la línea continuista a la que hacían ascos. O quizás renegaban de la misma por el desengaño, y la profunda decepción de gran parte de la afición, sufrido con Monchi.
La ecuación, vista desde fuera, parecía fácil. Ficha el único que estaba libre, con opciones para trabajar, pero aún en paro esperando al Sevilla. Se antojaba complicado fichar a un director deportivo con contrato en vigor teniendo en cuenta que estamos en la recta final de junio, que el mercado está a punto de abrirse, y que los directores deportivos a los que ha tocado el Sevilla, el de Osasuna, Braulio Vázquez, y el del Rayo Vallecano, David Cobeño, tienen un fuerte vínculo emocional con sus clubes y ya cuentan con gran parte del trabajo de planificación de la próxima temporada. Será a partir del 1 de julio cuando empiecen a cerrar operaciones.
Con Braulio Vázquez se han mezclado varios temas en su negativa. Aunque quería contar con colaboradores propios y el Sevilla no estaba por esa labor, ha pesado más el tema personal que el gran reto profesional que se le presentaba. En el Osasuna está en su zona de confort. Todo le marcha a la perfección, está valorado, no hay los riesgos de una dura planificación como la que se espera en Nervión ni la exigencia de un club como el Sevilla que volverá a jugar en Champions. Además, su núcleo familiar está en Valencia, su hijo Jesús Vázquez juega en el primer equipo y, estando en Pamplona, el club le permite más espacio personal para conciliar trabajo y familia.
Enfado en el Rayo
En el caso de David Cobeño ha sido el presidente, Martín Presa, quien le ha cerrado la puerta, exigiendo el pago una cláusula elevada para dejarle marchar, tras enfadarse fuertemente con la forma de actuar del Sevilla. Los máximos dirigentes sevillistas han llamado directamente a la puerta del director deportivo del Rayo, pero el presidente del club madrileño se ha negado en rotundo a negociar su salida y el ex portero del Sevilla continuará en su cargo.
Con los evitables rechazos de Braulio y Cobeño, regresa a la que fue su casa, diez años después, Víctor Orta. Se formó a las órdenes de Monchi en el Sevillla, pero ahora vuelve con mando en plaza y con ayudantes propios (los paga él y quiere contar con Miguel Ángel Gómez -libre tras pasar por el Valladolid y el UD Ibiza), además de Fernando Navarro y Emilio de Dios, que refuerzan la citada continuidad en la forma de trabajar. Tras su etapa en Sevilla, a la que llegó tras colaborar en algunos medios de comunicación, pasó por Zenit, Elche y Boro antes de fichar en 2017 por el Leeds United, donde ascendió al equipo a la Premier League.
Difícil planificación
Tiene una complicada tarea por delante Víctor Orta. La plantilla necesita una profunda remodelación de bajas y altas. Hay muchos futbolistas veteranos con contratos en vigor y con fichas muy elevadas, y no va a ser fácil que quieran salir. Además, vuelven muchos cedidos y algunos quieren probar fortuna con Mendilibar, que tendrá que decidir con cuáles se quedan. También tendrá que decidir qué papel van a jugar canteranos que están llamando a la puerta del primer equipo.