Se acabaron las de fogueo. La expresión la utilizó Lopetegui y él sabe que las armas, en sentido figurado -obvio-, están cargadas y su figura en el punto de mira, pese a la estabilidad que en apariencia debería dar una cuarta temporada al frente del Sevilla FC, la que arranca hoy en Pamplona ante Osasuna
Con el mismo calor que en Sevilla recibió Pamplona al equipo que dirige Julen Lopetegui. Arden los campos y echan humo los despachos de equipos que no pueden inscribir a sus fichajes por culpa de los límites salariales. No es el caso del Sevilla FC. Fichó a tres y los tres están inscritos en LaLiga, pero dos no han viajado (el nuevo ídolo antes de jugar, Isco; y un refuerzo en cuarentena, Marcao) y el tercero (Alex Telles) no va a ser titular, salvo que obligue una extraña circunstancia.
Los ensayos de pretemporada se han acabado con un equipo que ha ido de más a menos, como ha ido la trayectoria del Sevilla de Lopetegui desde su llegada, y está el sevillismo deseando ver si con los mismos mimbres se puede hacer un cesto diferente. O si con los mismos hombres, para llevar el lenguaje al fútbol, se puede volver a lo que se fue: un equipo de presión alta, intenso, capaz de recuperar rápido tras pérdida y capar de moverse con velocidad y verticalidad.
En la cercanía de quien ve a su equipo día a día se vive con incertidumbre el nivel de juego que el Sevilla pueda ofrecer en El Sadar, pero quien mira desde la distancia y se queda con el balance de tres temporadas consecutivas clasificándose para la Champions tiene una opinión diferente. Por ejemplo, el técnico rival, Jagoba Arrasate, espera un “Sevilla reconocible, poderoso físicamente y fiable", las tres virtudes que cualquier aficionado sevillista viene echando en falta en los últimos tiempos. Sin ir más lejos, en la escandalosa goleada encajada ante el Arsenal (6-0).
En su quinta temporada al frente de Osasuna, Jagoba Arrasate, que renovó dos años más (hasta el 2024), puede estar tranquilo. Si en la primera bala le gana el duelo Lopetegui quedará tocado, en ningún caso hundido. Tampoco debe ser mortal la que hipotéticamente reciba Julen si es Arrasate quien da el primer disparo certero, pero el daño será mayor en los cimientos de un proyecto que todavía no ha recibido la renovación que necesitaba.
En descargo del entrenador hay que decir que no es, ni siquiera, el mismo Sevilla de la pasada campaña. Sobre el papel es peor. Bono y diez más, entre los que no están Diego Carlos y Jules Koundé. Un eje central que pueden formar Rekik, único central específico, y Gudelj, un cumplidor centrocampista reconvertido en un buen defensor.
Ante cualquier contratiempo con alguno de los dos, Lopetegui tendrá dos alternativas: o retrasar a Fernando Reges, como ha hecho otras muchas veces, y tirar de valentía y recurrir al banquillo, donde dos centrales canteranos, José Ángel Carmona y Kike Salas, aguardan impacientes a recibir sus minutos de gloria.
Sin Suso, con la microrrotura que le tiene apartado del grupo, el once de Lopetegui sí es muy reconocible y podría ser el formado por Bono; Jesús Navas, Gudelj, Rekik, Acuña; Rakitic, Fernando, Papu Gómez; Ocampos, En-Nesyri y Tecatito Corona. En principio, con un 4-3-3, que también podría ser un 4-2-3-1. El delantero internacional marroquí ejercería de único punta, y Papu Gómez podría moverse con más libertad por el centro como media punta, generando superioridades en los extremos ocupados por Ocampos y Tecatito.
El Osasuna ha dado a conocer los dorsales que portarán sus jugadores. Sus dos fichajes, Moi Gómez y Rubén Peña, llevarán el '17' y '15', respectivamente. Moi Gómez apunta a titular en un once que podría ser el formado por Herrera; Nacho Vidal, David García, Juan Cruz, Manu Sánchez; Moncayola, Torró; Chimy Ávila, Brasanac, Moi Gómez; y Budimir.
Arranca la temporada 2022-23 para el cuarto proyecto de Lopetegui en el Sevilla FC. Con “mariposas en el estómago”, según dijo en la previa en sala de prensa, y con armas cargadas con balas de verdad en un equipo con Alex Telles como única cara nueva.
El mercado está abierto y, seguramente, el 2 de septiembre Monchi habrá puesto en manos de Lopetegui otros buenos elementos para afrontar con garantía las batallas. El fuego cruzado comienza y, aunque un disparo certero del rival no debe aniquilar ni a Lopetegui ni a su Sevilla, en nada ayudaría el mortal ruido de sables que puede instalarse en Nervión.